domingo, 24 de abril de 2011

La última

Yo vengo de una especie a punto de extinguirse,
De la espuma salada del océano
De la gota de lluvia suspendida en el aliento de una hoja
Vengo de la hierba dormida por la tarde
De ese lugar perdido en el fondo de la fuente
Del hipo de una estrella
de la pluma distraída de algún ángel
de la soledad primitiva de la tierra
Yo vengo de una especie que nunca bebió sangre
Que llora la tristeza de los suyos
Que cura sus heridas con pétalos de fuego
que sufre el dolor que hay en el mundo
que busca olvidar la vocación por el infierno
Yo vengo de una especie que se asfixia en esta tierra
Que no puede sobrevivir con carne muerta
Que se ahoga en el miedo de su hermano
Que sangra con cada pétalo arrancado
Yo vengo de una especie que se parece al ser humano
Que anda erecta,
Que habla,
Que tiene herramientas,
Que sabe cantar y bailar y hacer poemas,
Pero no arrancamos corazones,
Ni rompemos a mordidas el futuro
Sí, nos parecemos,
Me parezco
Pero confiésome abiertamente
Animal, humilde y solidaria,
Un poco peludita,
Casi vegetariana
Con la nariz fría en noches de sábado
Y las patas calientes los domingos
Me confieso así,
Silvestre y no domada,
Amante en los cuartos de la luna
Con uñas en las garras buscando alguna espalda
Que se deje acariciar,
Que no les tema…
Me reconozco así,
Animal
Humilde y solidaria
A punto de extinguirme…
La última soy de esta especie
Y aquí,
En esta jaula de muerte y de locura
Presa de la sangre derramada
Con el bozal del miedo oprimiendo mis latidos
Nada nunca podrá domesticarme
La última soy,
A punto de extinguirme
Un animal,
Así, humilde y solidaria
II
Un día
De tu corazón se desprenderá mi nombre
Rodará por tu sangre
Y su paso marcará el ritmo de los recuerdos
Un día
Sentirás que algo dentro,
Muy dentro, se te rompe
Y mi nombre se habrá borrado de tu pecho
De tu piel
De tu deseo
Un día
Temblará tu voz al no saber cómo llamarme
Y mi nombre se habrá escondido de tus palabras
Se habrá escondido en otro abrazo
En un corazón con más espacio
Un día
Aunque me llames,
No reconoceré mi nombre entre tus labios
Y algo se te romperá dentro
Muy dentro
Y sabrás cuanto me amaste




III
Cuando te des la vuelta
Te sorprenderá no encontrarme
Cuidando tus pasos
Cuidando tus recuerdos
Cuidando tus caricias
Te sorprenderá el vacío
La oscuridad
El que no esté quien siempre estaba
Y extenderás las manos
Y un reloj te contestará que ya es muy tarde
Que ya pasó el momento del amor
Ese minúsculo minuto impredecible
Que nos cruza una única vez en nuestras vidas
Te volverás
Y sentirás que algo te hace falta
Y por fin,
caerás en el abismo de tu sombra

jueves, 7 de abril de 2011

Te debo estos versos
salados y dulces
Te debo un par de silencios
hechos ola
Un poco de arena
húmeda en los labios
Y las estrellas,
que prudentes,
No brillaron
Te debo
las cosas que no digo
Las que quisiera adivinaras
Las que pienso algunas veces
Y la última reencarnación de mis palabras
Te debo
(Y no sé cómo pagarte)
La húmeda felicidad de una sonrisa
El caracol que se desliza en las pestañas
Y la calidez de tu mano y su caricia
Te debo,
tal vez,
una respuesta
Pero me debes tú,
tal vez,
una pregunta
Y de tanto debernos
volveremos reencarnados,
Tú en el mar
Y yo en la espuma.

Del mar y sus gaviotas

A la orilla del mundo
tallaste a fuerza de caricias
un par de alas blancas y de espuma
alas de mar y de gaviotas
de hadas y sirenas
de peces de colores
alas que no fueron celestes
que no vienen ni van para los cielos
que vuelan sobre el mar
y me sumergen
que me palpitan en la espalda
que se extienden
que son rosa por la tarde
y gris en la tormenta
que me cubren de la luz y me calientan
alas,
al fin,
de cualquier ave
capaces de llevarme de regreso
al faro azul de tu mirada
a la isla de tu cuerpo
a la orilla de tu alma
Gaviota,
al fin,
de tus recuerdos
que va
que viene
que está
y se marcha
Gaviota,
al fin,
buscando puerto
en la playa
sin fin de tu palabra